jueves, 2 de octubre de 2014

Misterios de la Semana Santa de Sevilla (I)

Algunos me han preguntado muchas veces por qué no publicaba sobre este tema. Siempre decía que debía tratar el tema de la Semana Santa, y que esto no es un blog tipo Cuarto Milenio, aunque, a última hora, he oído varias historias que tienen un gran calado en la Fe católica, y no tanto de fantasmas ni actividades paranormales, así que voy a citar algunas leyendas que circulan por la ciudad de Sevilla.

Empezamos con el Cristo de Burgos. Desde mi parecer, es la que más se acerca a la Fe más que a temas fantasmales y paranormales. Según palabras de Manuel García Bautista, el cual es un famoso cronista de efectos paranormales de Sevilla, nos cuenta que un devoto se acerca a la Iglesia de San Pedro con diversos problemas, entre ellos un familiar enfermo, poniéndose a rezarle al Stmo. Cristo de Burgos casi ahogándose en su amargura.

Cuando esta persona alzó la cabeza, la imagen inclinó la cabeza y le dijo que no temiera, que sus problemas se iban a solucionar. Como haríamos cualquiera, este devoto salió corriendo asustado por aquella imagen. No se sabe, lógicamente, si esto es verdad, pero cuenta la leyenda que esta persona volvió a su casa, y su familiar enfermo había sanado casi por completo. Los médicos lo calificaron como un milagro, además de ir remitiendo los problemas de este fiel devoto.


Sigamos con la Hermandad de Santa Cruz, la cual sí tiene una historia más llamativa desde mi punto de vista. Ocurre cada diez años en la Parroquia de Santa Cruz, al terminar cada salida, donde sólo quedan los más cercanos y miembros de Junta recogiendo y limpiando aquello después de la Estación de Penitencia. Bueno, pues cada ese período de diez años, hay un nazareno que se encuentra rezando delante del paso de Misterio y de la Virgen.

Además de que no debía estar ahi en ese momento, nadie sabe su nombre ni de dónde viene... Lo más curioso, es que cuando se marcha este singular nazareno, va desapareciendo a medida que anda hacia lo lejos. ¿Será un hermano difunto que nunca se pierde una Estación de Penitencia cada diez años, una promesa... o simplemente ficción?


Ahora vamos a pasar a hablar de lo del nazarenito de Santa Isabel, el cual nunca había oído hablar de esta historia, exceptuando las dos anteriores. Esta historia, más que una leyenda, parece algo más bien lacrimógeno, así que id preparándose. Este nazarenito, llamado Tomasín, era un niño de 8 años de edad, el cual había perdido a su madre recientemente y su padre trabajaba casi todo el día en los ferrocarriles de San Jerónimo, lo cual hizo que este señor concertase un acuerdo con las monjas del Convento de Santa Isabel para que cuidaran del niño todo el día.

Tomasín estaba muy ilusionado con salir en la Hermandad de Los Gitanos, que en ese momento salía de San Marcos, con lo que las monjas decidieron coserle una túnica a este niño para que su padre lo metiera en el Cortejo. En plena Cuaresma, ocurre la mayor desgracia que le podría caer a un niño como Tomasín, contrayendo una enfermedad que haría que ya no estuviera en este mundo. Los médicos no pudieron hacer nada, además de desconocer el origen de la enfermedad. Las monjas amortajaron a Tomasín con su pequeña túnica de Los Gitanos...

Fuente: periodistadigital.com

Llegó la madrugá del Viernes Santo, pasando varios nazarenos Los Gitanos en aquel momento por la Plaza de Santa Isabel para realizar la Estación de Penitencia. Algunos miembros de la corporación vieron que había un nazareno pequeño portando una varita que salía de  la puerta del Convento, lo cual, tomando como un acto de irresponsabilidad que ese niño estuviera sólo allí, fueron a buscarle, pero cuando se aproximaban a él, vieron cómo el nazareno había desaparecido al doblar la esquina, quedando sólo la varita en el suelo...

Posteriormente los miembros que fueron a por él se acercaron al Convento de Santa Isabel, llevándole la varita a las monjas, los cuales se sorprendieron aún más cuando les dijeron que era la varita del pequeño difunto llamado Tomasín. Hasta nuestros días, se ha comentado que muchas veces se ve a ese supuesto nazarenito solitario en la puerta del Convento de Santa Isabel... más que un misterio, parece una historia muy triste.


Por último, os voy a hablar de los "fantasmas" que aparecen alguna vez al año por San Juan de la Palma (La Amargura), y otro relato de leyenda que guarda una historia curiosa con la Inquisición. Sobre los "fantasmas", aparecen durante los traslados del paso de Misterio de La Amargura, donde aparecen todas las figuras montadas en su paso, exceptuando a Silencio Blanco, que como es lógico, se encuentra en la Parroquia.

Deben a su nombre por la particular forma de cubrir a las imágenes durante el traslado, aunque, si no me equivoco, llevan las telas todo el año puestas arriba del paso en el recinto que se guarda (lo cual a mí no me convence ni por el sitio donde se guarda ni por el tratamiento contra el polvo que reciben las imágenes, pero bueno, hay opiniones de todo tipo.).

Fuente: http://www.galeon.com/juliodominguez/2013/fantasmas.html
Fuente: http://www.galeon.com/juliodominguez/2013/fantasmas.html

La otra historia en San Juan de la Palma, tiene que ver con el nombre además de esta Parroquia. Su nombre originario era el de San Juan Bautista, y Ortiz de Zúñiga nos lo explica de esta forma en diversos medios y fuentes que he encontrado. Lo voy a poner tal cual lo he encontrado, ya que hay diversas fuentes que he encontrado que dicen una cosa distinta o que no tiene nada que ver con el relato. La que vais a leer es la que supuestamente es la versión oficial: 

“En años pasados, cuando hubo en Sevilla muchos herejes, predicó en esta Iglesia un fraile de San Francisco, el cual dijo que nadie delinquiere contra la fe, porque las paredes tenían ojos y oídos. La noche siguiente, en punto de las doce, un hereje que oyó este sermón , haciendo burla de lo que el predicador había dicho, se llegó a la palma situada en el centro del antiguo cementerio de la Parroquia (hoy plaza de San Juan de la Palma) , y le dijo: Palma, la Madre de Dios no quedó Virgen después del parto

Al día siguiente se presentó en el tribunal de la Inquisición un anciano que denunció al hereje, el cual hereje prendieron los señores inquisidores y le tomaron su confesión pero éste negó. Mandó la inquisición registrar la casa del denunciante para encontrar pruebas de su herejía y dieron allí con un joven que era nieto de éste. 

Por las descripciones el joven les dijo que se trataba de su abuelo, pero que éste llevaba muerto 80 años, y que estaba sepultado al pie de la palma del cementerio de San Juan. Volvieron a detener al hereje y le contaron el milagro de Dios, que había permitido que se levantara un muerto para castigar su pecado.”

Azulejo en San Juan de la Palma donde se narra tal leyenda. Fuente: Leyendas de Sevilla

Quizá esta última historia sí sea más conocida en Sevilla, a diferencia de las otras. A más de uno le vendría bien un "sustito" de éstos en plan El Stmo. Cristo de Burgos o San Juan de la Palma, a ver si se relajan un poquito con el tema de la Iglesia... Próximamente, vendré con más historias.

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