lunes, 20 de febrero de 2017

Cuando los sueños se hacen realidad...

Buenas tardes a todos. Hace ya muchísimo tiempo que no escribo nada, pero espero retomar mi actividad en breves, puesto que sé que muchos siguen entrando en El Blog del Esparto y preguntando cuándo voy a publicar algo. Pues aquí traigo una entrada... y posiblemente, una de las que con más sentimiento escribo. La gran mayoría de la gente y seguidores de este blog ya se han enterado de lo que pasó en la tarde del sábado y de una de las mayores alegrías que me han ocurrido en la vida.

Como un año más, el sábado pasado fue la igualá de costaleros del Stmo. Cristo de Burgos y de la Madre de Dios de la Palma. En esta ocasión, había allí un gran amigo mío el cual no esperaba ver, José Manuel Pedrera, capataz del palio de la Hermandad de Amor y Sacrificio (Dos Hermanas) y del palio de la Hermandad de Gran Poder (Dos Hermanas), y varios amigos más, muchos de ellos costaleros de mi Hermandad del Santo Entierro de Dos Hermanas, como Alejandro Domínguez, el cual viene de Huelva, dándose palizas tremendas para venir a Sevilla, otro como normalmente le llamamos "Quico", hermano y costalero de Los Estudiantes, y dos miembros más del Santo Entierro de Dos Hermanas, los cuales ese mismo día entraron de costaleros en la cuadrilla de La Sagrada Mortaja, desde donde les doy mi más sincera enhorabuena.


Sin exagerar, allí podríamos haber desde 150 hasta 200 aspirantes para entrar en la cuadrilla, y nuevamente, era el tercero o el cuarto más alto de todos los que habíamos allí. Ya sabéis que cuando me veo en esa situación siempre me pongo un poco tenso la verdad, pero esta vez no iba a ser así. Empezó primero, cuando normalmente suele ser al revés y desconozco porqué esta vez lo hizo así, con la cuadrilla del Stmo. Cristo de Burgos. Pedrera y yo estábamos uno al lado del otro, el cual, era el que más cerca estaba de entrar junto a mí. El hijo de Antonio Santiago venía con el fijador izquierdo de la segunda de la alta, más o menos de mi altura. Mi sorpresa fue cuando lo pusieron al lado mía... Pedrera, quien está puesto en la materia, le pregunté si tenía el trabajo más bajo que yo (yo lo veía así, pero no echarme mucha cuenta), pero él decía que ambos estábamos más o menos iguales.

En ese momento, aparece Antonio Santiago y nos lleva a ambos junto a Alejandro Domínguez y varios más. Antonio no paraba de movernos, tocarnos el cuello, hasta que la cosa estaba entre José Manuel Pedrera y yo. En ese momento yo estaba pensando en que escogería a otro o retranquearía hacia delante y todo se solucionaría en la cuadrilla, pero no fue así... Antonio me dijo que lo acompañara hacia dentro y me puso de corriente en segunda de la alta. Yo pensaba que me habría metido en la Casa Hermandad para otra cosa, hasta que me veo (por cierto, muy buen gesto el cual no esperaba cuando sólo conozco a un par de personas de la cuadrilla) a los de alrededor mía venir a darme la enhorabuena... el sueño se hizo realidad.

No os podéis imaginar el nudo que se me hizo en la garganta, no sabía ni cómo reaccionar. Cuatro años han valido la pena para poder sacar una de las Hermandades a las que más devoción tengo y más cariño tengo, la cual jamás me pierdo un Miércoles Santo. Me quedé luego hasta que pude despedirme de los demás y del equipo de Antonio. Y en ese momento, me dirigí hacia Bustos Tavera a visitar a mis Titulares. Sé que no calzo, no iba a igualar ni nada, pero el rato que iba a pasar con ellos, que los tengo últimamente un poco abandonados entre una cosa y otra, habría valido la pena. Finalmente no pude ir, puesto que me surgió un problema en Dos Hermanas y tuve que ir corriendo para coger el tren de vuelta.


Mi conclusión, esperaba tardar muchísimo más en que llegara ese día, pero es lo que digo siempre: la clave es estar en el día y en el momento adecuado. Os digo una cosa, yo siempre soy de los que tienen una percepción realista de la vida que tira más hacia el negativismo que otra cosa, pero ese día comprobé que los sueños se hacen realidad en mayor o menor medida, y fue uno de los días más grandes de mi vida. Nunca os rindáis, pero para nada, que siempre después de la tormenta, por muy larga que sea, siempre sale el sol.

Con esto, cierro la entrada. Espero que sigáis visitando El Blog del Esparto en los próximos días...