lunes, 29 de enero de 2024

Años de gloria. Primera parte (2019 - parte de 2022).

 

    Buenas tardes, o buenas noches, dependiendo de la hora en la que termine este artículo.

    Hacía ya bastantes años que no escribía aquí, aunque nunca he desactivado el Blog, ya que hay gente que, según las visitas que veo, lo sigue leyendo, pero bueno, como ahora, todavía, estoy más o menos libre de faena, me gustaría compartir varias cosas de estos últimos años. Siempre tuve pendiente escribir varias crónicas y varias cosas, pero creo que es el mejor momento que he encontrado.

    Vais a ver desde mi punto de vista mis vivencias en los últimos años hasta final de 2.022. Espero que os guste.

2019. Inicios en la Agrupación Parroquial de Carmen y Prendimiento

    Aún recuerdo ese día de mayo del año 2.019, justo después de unas elecciones municipales que hubo el domingo anterior. Desde 2.013, algunos ya sabéis que sacaba la Cruz de Mayo que procesionó hasta el año 2.015, y luego continué sacando a María Santísima del Carmen hasta nuestros días. Ese mediodía recibo un mensaje de Whatsapp al móvil de Óscar Romero, el actual Hermano Mayor, digamos, de la Agrupación, con la propuesta de integrar el cuerpo de la Junta de Gobierno. La verdad es que la sorpresa fue mayúscula, ya que todavía ni siquiera era hermano de la Corporación, pero parece ser que gustó mucho mi trabajo en el Santo Entierro y en otras Hermandades con las que he llegado a colaborar alguna vez. Tardé un poco en contestar, ya que no me lo esperaba. Estuve hablando con mi hermano Manuel Ángel y con varios más sobre este tema para pedirle consejo, como Guillermo López, antiguo Hermano Mayor y actual Teniente de Hermano Mayor del Santo Entierro, José Fco. Fernández, antiguo prioste del Santo Entierro y Mayordomo actual de Santa Ana, Patrona de Dos Hermanas, y con Miguel Vázquez, actual Delegado Jurídico de Hermandades y Cofradías de Sevilla (creo que se escribe así, no estoy seguro).

Fuente: ABC de Sevilla


    Primeramente, era un poco reacio porque quería ver también mi futuro y demás, aparte que también estaba pendiente de si iba a seguir estudiando o trabajando en esos momentos. Fue un año muy convulso para mí, la verdad. Pero abreviando que el artículo se tercia bastante largo. Para quedarme más claro todo, quedamos Óscar y yo en el bar que se encuentra enfrente de la Parroquia del Ave María. Como ya voy a contar algo que sobradamente es público, me estuvo comentando que se tenía un proyecto para que, por fin, María Santísima del Carmen fuese bajo palio, ya que vendría Nuestro Padre Jesús en los siguientes meses a Dos Hermanas. La primera impresión fue pensar en cómo era posible, con el desembolso económico que era eso y lo joven en cuanto a gestión que parecía todo aquello. Lo del palio, como ya sabéis algunos, me llamó sobradamente la atención, ya que son los pasos que más me gustan. Después de la quedada, le comenté que me lo iba a pensar, me hacía mucha ilusión pero antes tenía que atar algunos cabos.

    Una semana después, le di mi confirmación oficial para embarcarme en el proyecto. En un principio, Óscar me quiso para formación o algún de cargo similar, pero finalmente se me escogió de prioste junto a David de Mayordomo, y Alberto y Rafa de priostes. Mi estreno fue en la procesión del Corpus Cristi que organiza la Parroquia del Ave María con ida hacia la Capilla de San Sebastián, perteneciente a la Hermandad e Veracruz. El primer proyecto a montar eran los Cultos y Besamanos de María Santísima del Carmen. Yo no me metí mucho, ya que era nuevo y, más que nada, empecé a observar la manera de trabajo de los componentes de la Agrupación. Yo también aportaba mi pequeño granito de arena en su justa medida. Aún recuerdo que el altar de cultos, por esa época, era perteneciente a la Hermandad de la Sacramental.



    Poco después, el primer acto oficial de cara a la galería sería la Salida Extraordinaria por el 475 Aniversario Fundacional de Veracruz, donde mucha gente aún no lo sabía y me preguntaron después. Nadie se lo esperaba. El martes 8 de octubre de 2019, oficialmente, tomamos posesión del cargo los que aún quedábamos, donde estuvieron presentes mi hermano y José Fco. de Santa Ana. Fue un final de año bastante bueno, donde pude también confirmar por mí mismo que las tareas de talla de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento estaban finalizando en el taller de Navarro Arteaga. También estuve presente en la creación de la parihuela de María Santísima del Carmen, el cual fue creada por los hermanos de la Agrupación, dándose la previa de un camino histórico para esta Agrupación, y que pocas Hermandades hacen, cuando lo normal es encargárselo a algún taller profesional o carpintero. Desde luego, el resultado fue excepcional. Y para cerrar, el montaje del Salón de Playmobil por parte de la Agrupación, donde terminé de aficionarme del todo a este hobby, como ya algunos sabéis.

    Así como resumen, fue un año de muchos cambios en mi vida, entre el trabajo y la priostía de la Agrupación Parroquial de Carmen y Prendimiento. En el Prendimiento me vi trabajando codo con codo con gente con la que ya había estado trabajando antes, así que el trabajo era bastante liviano. Ya muchos lo conocéis, que fue con quienes me estrené de costalero. Recuerdo aún a muchos que formaron parte de esto en su día en mayor o menor medida, e incluso algunos que formaron el grupo, como Antonio José Moreno, Tomás Camacho, José Carlos Blázquez, Compi... algunos nombres que también han aportado su historia y su granito de arena.

2020. Llegada de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento e inicio de la pandemia por COVID-19

    Pues empezaba la pelea de Cuaresma... Igualás, ensayos, Cultos y montajes. Era especial para mí, pues era la primera vez que montaba ambos pasos para dos Titulares de una Hermandad que no fuera el Santo Entierro. Como es normal, pues estaba bastante verde, y no quise meterme mucho salvo para el montaje. Antes de esto, pues ya la Hermandad de Valme nos prestó la nave para el montaje como ya se acostumbra hasta nuestros días, donde ya llevamos los miembros de Junta ambos pasos y el resto de enseres y demás. Antes de nada, faltaba un bombazo gordo en el pueblo, que sería la llegada de Nuestro Padre Jesús a Dos Hermanas.El sábado 29 de febrero por la mañana fue uno de los días más intensos que he tenido en cuanto se refiere a Semana Santa, ya que, aparte de tener que ir al taller de Navarro Arteaga, ese día coincidió con el Viacrucis del Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas, el cual tocaría ese año a mi Santo Cristo Yacente del Santo Entierro.

    El traslado parecía una comitiva oficial, pues íbamos varios coches para allá y la antigua furgoneta de la Parroquia del Ave María que era usada también por Cáritas y otros colectivos cercanos a la misma. Cuando llegamos al taller y vimos a Nuestro Sagrado Titular termiado para venirse con nosotros, recuerdo que hubo un silencio de por lo menos diez o quince segundos, y tuvo ya que decir el escultor que dijésemos algo. La verdad es que nos quedamos embobados cuando vimos aquella figura tan grande y tan bien puesta. Ya de regreso, metimos a nuestro Titular en el salón comúnmente llamado guardería dentro de la Parroquia, donde ya lo desenvolvimos de sus protecciones y lo vestimos para la ocasión de su bendición al día siguiente.



    Habiendo un paréntesis temporal ese día, fuimos a comer a Casa Rafa, allí en su barrio, Alberto, David, Rafa, Óscar y yo, cerca de las cuatro y pico de la tarde. Yo volví a mi casa para ducharme y arreglarme para ir al Viacrucis. Lamentablemente, no pudo llevarse a cabo por las calles de Dos Hermanas por la inclemencia del tiempo, así que lo tuvimos que hacer dentro del Templo. Un acto precioso aunque haya sido en la Parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas. El Santo Entierro, si por algo se caracteriza por encima de todas las cosas, es por el buenhacer de sus actos tanto dentro como fuera de su Casa Hermandad, donde he aprendido todo lo que sé hasta hoy día junto al Prendimiento. Justo días antes de eso, por cierto, me llegó el nazarenito de Playmobil realizado por mi amigo Javier Gamo, comúnmente llamado "Playcapillita".

    Ya cuando acabó el acto del Viacrucis, volví a casa para cambiarme y seguir con el montaje de la bendición de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento. Allí nos dieron las tres de la mañana, no por nada... sino porque no nos queríamos ir y nos costó arrancar. A la mañana siguiente, me levanté a las siete de la mañana, para estar allí a las ocho y prepararlo todo antes de la bendición. Aún no había mucha gente por los aledaños del Ave María, de hecho, la Parroquia estaba siendo abierta cuando llegué allí. Ya con algo de gente y con los priostes, decidimos sacar a Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento de la guardería y llevarlo al presbiterio. Allí paramos un momento delante de una mujer mayor con su nieta para que lo viera bien. La mujer se emocionó y nos quitamos de en medio unos cuantos por el momento, así os lo digo. El momento fue lacrimógeno cuanto menos.



    Durante el acto ese 1 de marzo, como si se tratase de una Función Principal de Instituto, hubo momentos muy emotivos, por no hablar de la gran copla de Javier Mena dedicada a Nuestro Padre Jesús, terminando la misma con un gran "prendido de ti, Jesús."... Sin duda, un momento que me hizo trasladarme, por un momento, a los cultos de Nuestra Señora de la Soledad. Fue un día sublime y bonito, y todo eran felicitaciones de los presentes y de otras Hermandades. En ese momento, pensé para mí que lo que venía era demasiado grande y no nos dábamos cuenta ninguno... Así sería dos años después, pero poco a poco, que quedan más cosas.

    En los días posteriores, inmerso ya en montaje de ambos pasos y los primeros Cultos del Señor en el Prendimiento, ayudando en el Santo Entiero, y con las igualás y ensayos en el Cristo de Burgos, como todos conocemos, empezó a nacer el miedo provocado por la pandemia de COVID-19. Yo voy a ser sincero, al principio... me lo tomé un poco a broma, como casi todos creo yo. Nadie pensaba que iba a ocurrir lo que pasó en el mes de marzo. Todo el cierre se provocó durante los cultos del Santo Entierro y del Prendimiento precisamente. Ese viernes de cultos, un 13 de marzo, me disponía ir como cada tarde a la nave de la Hermandad de Valme para seguir trabajando en los pasos. En ese momento, cuando salí a la calle, me empecé a dar cuenta de que la cosa iba en serio, ya que estaban las calles vacías, y me comunicaron que en el Arzobispado de Sevilla iban a lanzar el decreto por el cual se suspendía cualquier tipo de acto de culto interno o externo, lo cual incluía hasta las misas ordinarias Solo quedaban horas para ser lanzado... Cuando llegué a la nave, noté caras largas por parte de David, Alberto y Rafa. Entonces el mayordomo y los priostes decidimos hablar con Óscar para averiguar qué iba a pasar, así que esa misma tarde se convocó un Cabildo de Oficiales de urgencia para suspender la salida ese año 2020, y desgraciadamente, así se aprobó... Recogimos los máximos materiales posibles, y Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento se quedó dos meses en el altar de cultos. A las pocas horas de nosotros, el Arzobispado de Sevilla anunció el decreto, al igual que el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla.


    A la mañana siguiente, como todavía no se había declarado el estado de alarma, decidí salir un rato, estando todo cerrado menos un bar restaurante que, por razones obvias, no voy a nombrar. La Parroquia de Santa María Magdalena seguía abierta, así que decidí ir a ver al Santo Cristo Yacente, que también se quedó dos meses en el altar de cultos, y a Nuestra Señora de la Soledad, la cual todavía se encontraba en la capilla donde ahora se encuentra Nuestra Señora del Rosario, Titular de la Hermandad de Oración en el Huerto. El ambiente era rarísimo... Dos Hermanas era un pueblo fantasma, pero aún había algunos rezagados en Santa María Magdalena. Solo tocaba resignarse y aguantar el chaparrón que venía para quedarse un largo tiempo por desgracia.

    Los días posteriores, yo tenía que seguir trabajando como uno más, haciendo pocos turnos de teletrabajo, así que tuve la suerte de poder pasar por Sevilla para ver cómo estaba aquello. Algunos incansables ponían flores en las puertas de las parroquias, ponían alguna pancarta, o alguna vela en sus balcones. Era rarísimo pasar por la Catedral de Sevilla, sin una maldita silla en carrera oficial, y ver aquello vacío, sin vida... Recuerdo que llegué incluso a ver en Puerta de Jerez pavos reales allí en medio, recordándome a la película de "Soy Leyenda".



    Respecto a la Santa Iglesia Católica, para no perder el culto, las parroquias hacían misa en directo en línea de forma mínima. Algunas Hermandades hacían actos vía Internet también, como el Santo Entierro y varias más. Fueron días muy dolorosos, incluso peor para los médicos, quienes más se la jugaron durante aquella época, y aquellos que padecían esta maldita enfermedad, de la cual todavía no existía una vacuna. No fue hasta el 2 de mayo, el día de mi cumpleaños precisamente, cuando hicimos alguna actividad de Hermandad. Fue precisamente en el Santo Entierro para desmontar el altar de cultos. Posteriormente, tocó con el Prendimiento, desmontar igualmente el altar. Las procesiones no volverían hasta finales de 2021.

    Afortunadamente, los cultos de María Santísima del Carmen ya podrían realizarse gracias al leve levantamiento del toque de queda y del estado de alarma, cuando el COVID-19 decidió darnos una tregua hasta después de verano. Ahí vendrían caras nuevas a la Agrupación del Carmen y Prendimiento, siendo Adrián Rosa Carvajal y José Manuel Durán González, apodado simpáticamente como "Lelu". Hoy día nos acompañan en la aventura de esta Agrupación que será Hermandad próximamente, pero no adelantemos acontecimientos. Adrián aportaba una gran maña e inteligencia a la hora del bricolaje y otro tipo de tareas similares, mientras que Lelu estaba encima de todo y preocupándose porque estuviese todo listo. Ahí aún no estaba formado todo el equipo completo actual, pero fueron un buen complemento para priostía y mayordomía. Ahí ya empecé a desenvolverme y a dar algunas ideas para los pasos y los altares. Empezaba a aportar mis ideas, las cuales muchas de ellas han gustado hasta hoy.



    Después de esos cultos, tocaba el verano y aún no nos estaban castigando demasiado hasta que en agosto pusieron el toque de queda para los bares. Llega septiembre, y hay nombramientos nuevos. Lelu, como mayordomo, y Adrián, como prioste, siendo dos pilares fundamentales en cuanto al trabajo y montaje de pasos y cultos. Después de verano, nos encontrábamos inmersos en el arreglo de un par de cosas de la parihuela de palio y en el planteamiento de un altar de cultos propio con la ayuda de Moisés, capataz de María Santísima del Carmen, pero no sería hasta 2022 cuando sería usado por primera vez.

    El mes de octubre y noviembre fue ya demasiado duro para todos, endureciendo el toque de queda durante seis meses más, y sin ánimos para volver a la pelea con los pasos, ya que, igualmente, segurían suspendidas las cofradías de cualquier tipo. En el Santo Entierro el ambiente era justamente el mismo, lo cual imagino que se aplicaría de igual forma para todas las Hermandades de España. El día de la Esperanza, como hago tradicionalmente cada año, fui a ver a Nuestra Señora de la Esperanza Macarena a la Basílica, y ya notaba poca gente. Se notaba la tristeza de aquellos duros días por culpa del odioso COVID-19... Igualmente, se suspendió el montaje y exposición, como de casi cualquier acto público, del Salón de Playmobil, entre la visita de los Reyes Magos a los hogares. El final del año fue un auténtico descalabro anímico para casi todos...



2021. Año para católicos y visibilidad de luz al final del túnel

    Comienzo de un año sin igualás, sin ensayos, sin cofradías... Era el año para los católicos de verdad, para los que nos duele esto, al igual que lo anterior. Sabéis lo crítico que soy con esto, ya que no aguanto el postureo, pero voy a limitarme, como llevo haciendo en el resto del artículo, a dar mi visión de estos años hasta final de 2023.

    Todo comenzó ese año ayudando en los cultos para Nuestra Señora de la Soledad, preparando candelería y otros enseres junto a mi hermano para que fuera, como todos los años, lo más espectacular posible. La verdad es que es un ámbito de las Hermandades que, desde los catorce o quince años cuando empecé a hacer labores de este tipo, siempre me ha gustado. El culto interno gracias a Dios seguía en pie, así que no tuvimos ningún impedimento en montar unos cultos como manda la tradición, con su Solemne Triduo con acompañamiento musical por Javier Mena y su gran copla, la cual cita "no hay pena como tu pena, oh Dulce Virgen María...". Por otro lado, en el Prendimiento, hasta la llegada de febrero, era todo muy tranquilo.



    Ese año, imitándose así el modelo que se estaba llevando a cabo en algunas Hermandades de Sevilla y de Dos Hermanas, decidió ponerse para los cultos el paso de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, incluido con olivo. Ese paso estaba montado con la parihuela de Jóvenes Cofrades, aquella Cruz de Mayo actualmente extinta, la cual nos la dio y estamos agradecidos Recuerdo a varios amigos que la formaban.. Lo cierto es que fui, y sigo siendo, muy reticente a esto, pero bueno, esto es de todos y tocaba lidiar con este altar aunque no me gustase.

    Tuvimos la mala suerte de que, esta vez, solo estábamos Alberto, Rafa y yo, ya que Lelu y Adrián fueron infectados de COVID-19. Probablemente, haya sido el momento más duro (hasta 2.022...) que yo haya vivido, ya que éramos pocos, pero recibimos ayuda de varios, como Juanlu y Juanan, costaleros de la Agrupación y antiguos miembros de Junta de Gobierno, Moisés el capataz, Isaac, que también nos ayuda muchísimo en el montaje de la electricidad en la caseta de Feria de Dos Hermanas, y los hermanos Óscar y Lucas. Sin embargo, los cultos se hicieron de forma muy decente y con un número elevado de hermanos. La inclemencia del tiempo en esos días no fue un peso para nosotros desde luego.

    Días después, tuvimos unos días de descanso, en los cuales, me llegó por fin, en click de Playmobil, Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, realizada por Javier Gamo, alias "Playcapillita", dando un juego y unas fotos estupendas para lo que se avecinaría a final de años. Entablamos una gran amistad hasta hoy día, compartiendo gran información, consejos y ayuda mutua. Luego vendrían más encargos y trabajos más finos... pero vamos a lo que vamos durante el año 2021.



    El día de la salida, se organizó también un acto, con el paso puesto en el presbiterio, con nuestros dos Titulares, realizándose una Santa Misa al mediodía y realizando un Viacrucis por la tarde. Esa misma tarde, la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas, estrenaría una marcha llamada "Paradisum Dei", compuesta por Fran Lozano, gran amigo desde hace muchos años. Aunque no fue el único componente de esa banda que dedicó una marcha a una de mis Hermandades...

    Cuando ya terminamos todo, días después, me llama mi amigo Molero desde la Hermandad de la Sacramental para echarle una mano a montar el monumento en Santa María Magdalena. Fue un momento bonito, ya que habíamos varios amigos de varias Hermandades, como Jesús Farratell, los hermanos Molero, mi amigo Antonio Triguero ,"Trigui" para los amigos y mi hermano Manuel Ángel. La Sacramental siempre me ha llamado la atención en ese aspecto, ya que consigue siempre ayuda de personas que no son hermanos de la Corporación, lo cual es destacar y está muy bien, sinceramente. Eso es Hermandad, la cual merece el máximo apoyo posible.


    Ya en vísperas de una Semana Santa atípica, quedaba disfrutarla lo mejor que se podía en esos momentos. El Sábado de Pasión, con Lelu y Adrián por Sevilla a algunas veneraciones, como la del Puente Cedrón y el Cachorro, y alguna más que se me escapará del tintero, y al día siguiente con mi gran amigo Pedro Carrasco, Molero y otro grande: Germán Calderón, yendo a la Amargura y creo, si no recuerdo mal, a la Hermandad del Valle. Dos portentos de Corporaciones. Ya no fue hasta el Jueves Santo hasta que volvimos a retomar, esta vez con mi amigo José Sotillo, trianero de nacimiento y hermano de la Soledad de San Lorenzo, a ver a mis queridos Titulares de la Sagrada Mortaja, tan cercanos y tan bellos como siempre, para no variar las buenas costumbres. Posteriormente, fuimos a ver a Nuestra Señora de la Esperanza de Triana, aguantando una gran cola pero que valió totalmente la pena. De regreso a Dos Hermanas, tocó ir a los Santos Oficios del Jueves Santo en la Parroquia del Ave María, arropado, esta vez de nuevo, por Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento y María Santísima del Carmen.

    Al día siguiente, Viernes Santo, día de la Sagrada Mortaja... En esta ocasión, no pude ir a verlos, ya que me comprometí para el montaje previo del acto del Sábado Santo para el Santo Entierro. Cuando tienes tantas Hermandades, siempre, desgraciadamente, tienes que sacrificar algo mínimo, pero bueno, yo espero que me entiendan los que me están leyendo en este sentido... En el Santo Entierro, hicimos algo distinto a los demás, una simple veneración, la cual estuvo muy bien de gente, pero fueron momentos muy tristes. Personalmente, por dentro, yo lo pasé bastante mal ese día, pero bueno, era lo que tocaba y teníamos que apechugar... No poder escuchar Nuestra Señora de la Soledad en el trío de capill o no poder deleitarme con Desamparo de Beigbedert en el palio era duro, pero hay que pensar que, en esos momentos, aquellos convalecientes del mal que teníamos en ese momento en el mundo entero estaban mucho peor. Siempre hay que llorar por ellos, no por quedarnos dentro con un paso, no me cansaré de decirlo...

    Llegado el Domingo de Resurrección, pues tocaba Función a Nuestro Señor Resucitado, talla académica que, dos años después, saldría a la calle por primera vez después de varias décadas, pero no adelantemos acontecimientos... Hasta junio, los meses posteriores fueron muy tranquilos en cuanto a actividades de este tipo, ya que tampoco hubo Feria ni Corpus Cristi.

    Llegado el mes citado en el párrafo anterior, llegarían unos cultos muy importantes para mí, ya que la Agrupación Parroquial me endosaría la labor de la cera en los cultos de María Santísima del Carmen, ganando cuarenta puntos de luces en su altar, y con una candelería que conozco sobradamente: la del Santo Entiero, a la cual, como siempre, agradezco enormemente que me hubiese cedido. Las opiniones del altar de cultos fueron buenísimas, aunque también es un trabajo duro debido a las fechas, y que veníamos fríos después de dos meses sin hacer nada. Aún así... volvería a hacerlo, como hago todos los años en verdad, vaya. La Virgen estaba sublime... Cabe destacar, por cierto, que ese sería, por fin, el último año que tendríamos que pedir el altar de cultos a la Hermandad de la Sacramental, a la cual, nuevamente, estoy eternamente agradecido.

    Pasadas las vacaciones de verano, se empieza a ver otro color... Ya no había restricciones, y el Arzobispado de Sevilla levantó el decreto por el cual no se permitía realizar Estaciones de Penitencia. Se estrenaría Nuestra Señora del Rosario por las calles de Dos Hermanas. Sinceramente, me entró una gran nostalgia y alegría al verlos aunque yo no fuese hermano o devoto, incluso ver a amigos míos como Trigui, Molero, Juanito o Mario Chacón, futura promesa en el mundo de la Semana Santa de Dos Hermanas. Ya tenía todo mejor cara... Lo cierto es que oír ese día dos de mis marchas favoritas como pueden ser Esperanza Macarena o Pasan los Campanilleros me dibujó una sonrisa en ese momento.

    También se realizó un emotivo acto en el seno de la Agrupación del Carmen y Prendimiento, en el cual se hizo entrega de un fajín militar para la Estación de Penitencia de María Santísima del Carmen. La maquinaria echaba a andar a lo bestia en el Prendimiento, ya que, por primera vez en su historia, procesionarían ambos Titulares en sus respectivos pasos, cada uno. Y no solo eso... María Santísima del Carmen lo haría BAJO PALIO... El trabajo, probablemente, haya sido el más duro que haya tenido en mi vida como prioste, pero vamos por partes.

    Durante el final del año 2021, montaría, por primera vez, dioramas de Playmobil junto con Josemi de La Algaba, antiguo montador el cual ha venido varias veces, y con Lelu, el cual se enganchó también a la afición gracias a mí. La verdad es que se obtuvo un gran beneficio para la Agrupación, que era lo más importante, acudiendo mayores y pequeños. Lo cierto es que disfruté muchísimo con el montaje de los dioramas, y cada año sería mejor que el anterior. Fue todo un gustazo, y siguiendo los pasos de grandes dioramistas, como algunos de Sevilla, mi hermano y cómo no... de Playcapillita. El año 2021 salvaba los muebles al final con todo este tipo de actos y, aunque no se viera en ese momento... era el preludio del pelotazo que estaba por venir...

2022. Primera parte. En lo más alto

    Pues qué os puedo decir... el título que he asignado lo dice todo, pero bueno, igualmente os lo voy a contar, cómo no. Probablemente haya sido el mejor año que haya vivido como cofrade, católico y como persona. Empezaba el mes de enero, y, como todos los años, habría que realizar el montaje de los cultos para Nuestra Señora de la Soledad del Santo Entierro de Dos Hermanas. Como uno más, allí nos encontrábamos. 

    Respecto a la Agrupación del Carmen y Prendimiento, los priostes y los mayordomos, junto con Moisés nuestro capataz, terminando, por fin, el altar de cultos para Nuestros Sagrados Titulares, al igual que el término de la parihuela del palio, junto con la restauración de algunos puntos clave del paso de Cristo. Muchas horas invertidas en casa de Isabel, actual Diputada de Cultos, donde actualmente se guardan los pasos y algunos bienes de la Agrupación. También se estaría repintando las andas para María Santísima del Carmen y realizando una futura estructura para Nuestro Padre Jesús, aunque ese año serían cedidas por la Hermandad del Cautivo de Dos Hermanas.

    Ya la igualá se produjo el último día de enero en la capilla del Ave María, donde iría de costalero en el palio de María Santísima del Carmen, intercalando entre fijadores y corriente en primera de la alta. La maquinaria estaba empezando a funcionar, aunque con todo nuevo, y sin conocerlo todo, pues era todo realizado un poco errático, aunque el resultado no defraudaba aunque fuésemos un poco a ciegas. Las Hermandades empezaban a dejarnos sus enseres, como la candelería de Pasión, la peana de Valme, las jarras de ésta y de la Hermandad del Rocío, los faroles de la Sagrada Cena, entre otras muchas. Todos se volcaron con nosotros sin pensarlo.

    A mediados de febrero, vendría el techo de palio de María Santísima del Carmen, el cual aún faltaba por calzar correctamente para que los varales no fuese cada uno para un sitio, y tapizarlo. Todo fue realizado durante esos días. Tengo que decir que era un poco escéptico con el color elegido para el palio, pero cuando uno lo ve montado... la sorpresa es grata cuanto menos. La verdad es que me contentó muchísimo el resultado. Sin parar, continuaban también las labores de limpieza de los enseres, como los respiraderos cedidos por la Veracruz de Los Palacios, y los faroles cedidos por la Sagrada Cena de Dos Hermanas. Casi todos los días íbamos a la nave, pero siempre equilibrando nuestros quehaceres y nuestros trabajos. Yo por ejemplo, tenía que compaginarlo todo muy bien con los ensayos e igualá del Cristo de Burgos y del Santo Entierro. No es una tarea fácil cuando tú mismo eres tan pesado con tantas cosas, pero bueno, ya se sabe que sarna con gusto no pica.

    Respecto a los ensayos, pues disfrutando, como siempre, destacando el Cristo de Burgos. El domingo por la mañana primero, siendo la cita a las nueve, lo cierto es que se hace muy ameno, ya que se ve un ambiente de curiosidad y espectadores muy bueno. Esas mañanas pasando por El Salvador, calle Cuna, Francos, Encarnación, Plaza de San Pedro... Os parecerá una locura porque me levanto ese día a las siete y pico de la mañana, pero eso no está pagado, os lo aseguro. Y grandes costaleros y hermanos que tiene esa Hermandad, como Merino, José Manuel, Kiko, Montiel, Fernando, etc. Costaleros a la antigua y muy simpáticos todos. Para disfrutar como críos...

    Después de ese primer ensayo, tocaba volver a la nave y seguir trabajando a diestro y siniestro, donde ya tocaba realizar el montaje de las velas en su candelería, prestada por las Hermandades de la Sacramental y Oración en el Huerto por cierto, y hacer arreglos y ajustes en los pasos. Normalmente, al ser el primer año, nos daban las tantas de la noche, con lo que acarreaba eso para el día siguiente para ir a trabajar o a estudiar para el equipo de priostía y mayordomía. Ya se iba notando la fatiga y el cansancio acumulado, y el estrés y los nervios previos a la Estación de Fe. En esos días, también nos acompañaba Javi, hermano de Alberto, y Jaime, el mayordomo nuevo del Prendimiento. Ambos también aportaron su granito de arena a la causa, sobre todo Javi, con su destreza con soldaduras en ausencia de Moisés cuando no se encontraba allí.

    Llegaba el mes de marzo y, con ello, la semana del montaje de los cultos del Santo Entierro y del Prendimiento. Por razones obvias, tuve que ausentarme de la primera, ya que estaba de prioste en la segunda. Tocaba montar velas y la estructura del altar de cultos, estrenándose así el mismo. El trabajo era intenso pero poco a poco se iba viendo un resultado mucho más serio, y más de una Hermandad de Penitencia, como debe ser. El altar fue dispuesto con unas cuarenta velas, un par de jarras, un centro superior, y San José en la mesa de altar. La verdad es que todos quedaron impresionados, lo cual se vio que fue tremendamente satisfactorio. Como es costumbre, normalmente se montaba el altar con la cruz, y luego el miércoles antes por la noche se subía el Cristo y se ponía la candelería de nuevo a continuación.

    Esos días fueron bastante duros, ya que del trabajo que teníamos, no podía ir a los cultos ni del Prendimiento ni del Santo Entierro, hasta el sábado antes de las dos funciones. Durante un par de mañanas, Lelu y Adrián se encontraban poniendo la candelería y corrigiendo algún taladro defectuoso en la mesa, mientras ya por la tarde podíamos todo el equipo, aunque estábamos acorralados por las tardes para poder asistir a los cultos. Pude ir el sábado de cultos a ambas Hermandades, donde en el Santo Entierro le entregaron a mi padre un detalle por el cincuenta aniversario como hermano de la Corporación. Realmente como tal, todo fueron carreras de un lado hacia otro, incluso a la mañana siguiente pasamos por la nave a quitar cera y hacer montaje y limpieza de alguna cosilla que otra... todo eso con el traje puesto, una locura vamos. 

    Sin embargo, la Función de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento transcurrió con total normalidad con su ya típica copla de Javier Mena, entre otros acompañamientos, como el del Consejo de Hermandades, la Marina, etc. Fue otro día de esos intensos, en los cuales, justo después de comer, volvimos ya con ropa de trabajo a la Parroquia del Ave María a desmontar el altar de cultos, y seguir, nuevamente, con el montaje de los pasos hasta las tantas de la noche. Al día siguiente, tocaría la prueba de ambos pasos en la Capilla de San Sebastián.

    En cuanto a ese ensayo de prueba, lo principal era ver si ambos pasos salían y entraban sin problemas por la puerta de la Capilla perteneciente a la Hermandad de Veracruz. Esa noche, empecé a darme cuenta de lo que teníamos por delante cuando vi ese palio pasar al salirme del relevo... La forma de andar de ese paso era increíble, moviéndose de una forma impresionante, como si se tratase de un palio sevillano típico, muy recto, y sin movimientos extraños sin peinar balcones como quien dice. Varios amigos míos y yo empezamos en ese momento a pensar: "al final con la tontería pegamos un pelotazo...". La sonrisa con la que me fui a casa después de eso no fue ni muy normal...

    Después del ensayo de prueba, esa semana ya fue todo lo mismo, incluyendo la preparación de la cera del paso que, por primera vez, tuve que plantearla yo. La verdad es que pasé bastantes miedos con esto, ya que, como os podéis imaginar, los medios eran limitados en esa época para nosotros y era desde cero, junto a una candelería que nunca había trabajado. Aún, como principio fue un prototipo de candelería de principiantes. No quise jugármela demasiado con la altura de las velas por recomendación de José Fco. de Santa Ana y de Moisés el capataz, el cual estuvo esa tarde allí junto a su compadre Rafael Hervás, mi hermano Manuel Ángel y a mi amigo Jairo Jurado ayudándonos a fundir la cera. Aquella noche acabé a la 1 de la madrugada, teniendo que dormir bastante poco de cara al segundo ensayo del Cristo de Burgos, que era a la mañana siguiente.

    Ese domingo, con una niebla y un cansancio tremendo, tocó ir hacia San Pedro, a echar otro ratillo por las calles de Sevilla. No iba con la cabeza muy puesta con lo que se venía encima en el Ave María, para qué vamos a mentir. Posiblemente, fuese uno de los ensayos en los que menos concentrado haya estado hasta hoy día. De todas formas, había que pelear y dar una buena impresión por el Salvador y Cuna. Sería la última vez que tocaría palo hasta el Miércoles Santo, el cual fue espectacular por cierto, pero vamos por partes nuevamente... Cuando iba de vuelta hacia Santa Justa para coger el tren hacia Dos Hermanas, no me sentía el cuerpo. Os va a parecer a broma, pero las horas que invertimos allí en el Prendimiento aquel año no está en los escritos, ya que no solo era poner velitas, faroles y limpiar plata, sino preparar las trabajaderas, pintar la parihuela, taladrar y plantear la mesa de la candelería de cara a futuro, etc. No quiero imaginarme los que estaban antes que yo...

    Llega la tarde del domingo previo a la salida del Carmen y Prendimiento, teniendo por delante la tarea de volver a recolocar las bambalinas del palio debido a un pequeño fallo en las mismas, quitar el plástico de los candeleros para la fundición de la cera, repasar con cepillo seco y paño los respiraderos por si acaso, y otras arduas tareas. En esa ocasión, estuvo un rato allí con nosotros mi amigo Jairo Jurado, costalero de María Santísima del Carmen, de hecho fue uno de con los que empecé la costalería y, justamente en la Cruz de Mayo de esta Agrupación, y fiel escudero. Esa misma tarde llegaron los faldones del palio, que habían sido confeccionados finalmente. Una noche más llegando a la una de la madrugada, y al día siguiente a currar... Pero ya se sabía cómo era esto al ser la primera vez.

    Ese lunes era precisamente el del traslado de los pasos hacia la Capilla de San Sebastián, desde donde procesionaba hasta el año posterior. Ese mismo día llegaron los candelabros cedidos por el Colegio de Sevilla de Los Padres Blancos, siendo los antiguos de la Hermandad de Montserrat de Sevilla, los cuales son una auténtica joya... pocos candelabros existen de ese estilo, sin ser demasiado grandes pero totalmente elegantes. Las carreras eran incesantes, y el miedo a la candelería, dentro de mí, empezaba cada vez más aún a crecer. Afortunadamente, todo salió a pedir de boca, sin ningún desperfecto ni ningún daño que lamentar aquella noche. Se me quitó gran parte de los miedos y, para todos, ya todo empezaba a tener otra cara y teníamos cierta tranquilidad...

        Martes... Quedaban pocos días para la salida por las calles de Dos Hermanas de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento y de María Santísima del Carmen. Quedaba recoger las andas del Cautivo para el traslado de Cristo y la preparación de las andas de la Virgen. Fueron limpiados y arreglados cuatro hachones procedentes también de la extinta Cruz de Mayo de Jóvenes Cofrades, los cuales serían colocados en las andas de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, y un juego de cuatro candeleros para María Santísima del Carmen. Esa noche fue también un trabajo sin descanso para dejarlo todo preparado, ya que teníamos que recoger otros enseres y materiales, como el elevador para subir a los Titulares, entre otros. 

    Ya con las andas preparadas, el miércoles se inició el solemne traslado de Nuestros Sagrados Titulares hacia la Capilla de San Sebastián, con un gran acompañamiento, y una talla de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento que destacaba en la escena nocturna debido a su gran tamaño y elegancia al moverse sus ropajes encima de esa estructura llevada por los que serían sus pies dos días después... El jueves ya se terminarían los últimos preparativos de los pasos, y Nuestros Sagrados Titulares serían vestidos para el 2 de abril de 2022. Cuando se veían ambos Titulares montados en el paso, se veía una cosa totalmente seria, como si se tratase de una Hermandad estándar. Creo que las expectativas de todos eran más bajas de lo normal, así que cuando contemplamos ambas escenas en la Capilla de Veracruz nos asombramos todos, quedando patente de que la Agrupación Parroquial del Prendimiento iba a por todas, y que sería un golpe de efecto de cara al futuro de la Semana Santa de Dos Hermanas.

    El viernes, el último día de trabajo para la salida de ambos Titulares, solo quedaban las flores y preparar los enseres... Se terminaba el trabajo, todo lo hecho, hecho estaba, ya no había nada... Solo quedaban allí sus adornos florales en el paso de palio (preciosos, por cierto) y Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento preparado delante de un gran olivo hecho por nuestro amigo Juan Antonio, costalero de Nuestro Sagrado Titular. La espera había terminado a las dos de la mañana... Para paliar un poco los nervios, yo me fui a tomarme una copa solo, como jornada de reflexión y pensar en todo lo que habíamos hecho aquella Junta de Gobierno y yo. Era algo histórico pero que en ese momento ni yo ni nadie éramos conscientes de lo que pasaría mañana... Mis amigos, como Pedro Carrasco, Fran Alba, Antonio Triguero, Jairo, Jesús Rodríguez y Linero, etc., me daban ánimos y me deseaban suerte para el día siguiente. Los nervios eran más patentes que nunca. No pasaba tanto miedo desde el último examen de mi carrera. Ahora es cuando toca contaros... posiblemente, uno de los días más felices de mi vida.

Salida de la Agrupación del Carmen y Prendimiento 2.022

    Sábado 2 de abril de 2022... Diez de la mañana. Tocaba ponerse el traje y recibir en la Capilla de San Sebastián. Llegué de los últimos miembros de la Junta de Gobierno, donde había grandes personas allí, como Agustín Salguero o Javier Mena, entre otros muchos que seguramente me dejaré en el tintero de todos los que eran. La verdad que yo estaba super nervioso, aunque el ambiente era bonito ese sábado por la mañana. Hicimos algunos últimos retoques con los codales del paso del Señor y apagando la primera tanda de candelería, que era lo que más temía en ese momento. Ya se acababa todo... lo que se hubiese hecho, hecho estaba en ese momento. No quedaba nada por hacer y, en teoría, solo quedaba disfrutar...

    Ya de vuelta a mi casa, paré antes por el Santo Entierro, donde se encontraba mi hermano poniendo los faroles de los candelabros de cola del palio de Nuestra Señora de la Soledad, siendo el traslado de ambos pasos de ida ese mismo lunes siguiente. Le eché una mano con un par de cosas rápidas y me fui a casa para almorzar y vestirme. Poca cosa más en esas horas... ya posteriormente, con la ropa de costalero, camino a quedar con Jairo Jurado y otros costaleros e irnos juntos para la Capilla de San Sebastián y hacernos la ropa en el colegio de al lado de la capilla... Allí había varios conocidos con los que ya había compartido trabajaderas antes y algunos con los que compartiría a posteriori. Algunos nombres son José Antonio Romero, José Carlos Blázquez, "Bambo", Chaves, Juanlu, Adrían Rosa que en ese momento también iba de costalero, etc. Seguramente me habré dejado en el tintero bastantes costaleros, así que disculparme, son muchos.

    Como sería la otra cuadrilla la que sacaría el paso de palio desde la Capilla de Veracruz, Adrián y yo, uniéndose "Juanlu" de Veracruz posteriormente, nos quedamos fuera en la puerta para ver la salida. Ya tocaba esperar y ver qué pasaba en el día de hoy. O podría ser un triunfo, o podría ser otro intento de jugar a los pasitos como quien dice. Se empiezan a abrir las puertas del templo... Lleno hasta la bandera... primera cofradía en "Semana Santa" después de la pandemia. Primer palio de Dos Hermanas en la calle, y estrenándose encima, después del COVID-19... Con miedo para reventar. 

    El paso de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento hace su aparición por detrás del dintel de la puerta. El capataz empieza a mandar los dos costeros a tierra, va asomando poco a poco... Está fuera del todo y comienza a sonar la Marcha Real interpretada por la Banda de CCTT de Presentación al Pueblo de Dos Hermanas... la emoción nos pudo a muchos de los que estábamos ahí. Con esa túnica burdeos, ese olivo, esos candelabros, etc. Dejó impresionado a todos y nos permitió a varios descargar todo lo que teníamos acumulado de cansancio y de emociones. La estampa estaba ahí para nosotros... Esa puerta antigua de San Sebastián saliendo un paso con un Titular impresionante, siendo el deleite y la sorpresa de todos los allí presentes. Se estaba empezando a vislumbrar la gesta que habíamos hecho unos pocos y que la gloria y las expectativas era más grande de lo que todos pensábamos.

    Se marcha el paso y va disminuyendo un poco el miedo que teníamos antes de sacar la cofradía. Seguimos Adrián, Juanlu y yo viendo la Estación de Fe. Pasan los minutos y era turno del palio... La tensión que tenía en ese momento era peor que cuando estaba buscando mi nota después del último examen durante mi estancia en la Universidad... Moisés y su equipo se disponen a echar a tierra los costeros, y empieza a salir el palio. Cuando empecé a ver ese palio justísimo se me encogió el corazón, sin quitar la vista de la crestería del palio ni de la candelería, la cual, gracias a Dios, iba perfecta. 

    Sale casi entero, y empieza a sonar el Himno de España interpretado por la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas, echándose pocos segundos arriba el paso que llevaba a María Santísima del Carmen por primera vez en su historia bajo palio. El momento era indescriptible para mí, sin poder parar la emoción que tenía en ese momento, siendo, posiblemente, uno de los días más felices de mi vida por no decir el que más. Era el sueño de muchos que estaban antes que yo, y ahí estábamos nosotros... para cumplirlos por ellos.


    Aún así, no me atrevía a bajar la guardia. Era todo nuevo y había que estar muy pendiente a cualquier cosa que fuese a pasar, es decir, no se podría decir que realmente aún estuviese tranquilo disfrutando del día... Por el camino, me encontré a grandes amigos, como Antonio Triguero y a Molero, e incluso a un compañero del trabajo con su hijo, llamado Ramón, gran cofrade y costalero antiguo de varias cofradías de Sevilla que había venido a vernos. Justo en ese momento, empieza a sonar una de mis marchas favoritas y que, desafortunadamente, nunca he conseguido escuchar debajo de una cofradía: Esperanza Macarena. Justo al terminar la marcha, era mi turno de entrar en el relevo, para salir a la Avenida de Andalucía desde Sánchez Chacón.

    Desde ahí, empezamos a subir la cuesta y reviramos hacia Avenida de Andalucía al son de Virgen de las Aguas. La ocasión así lo requería, disfrutando todos al unísono, con una emoción tremenda. El paso de María Santísima del Carmen ni siquiera pesaba... y andaba de forma excepcional. Llegamos a nuestra Sede Canónica, a la Parroquia del Ave María y San Luis, donde don Manuel Sánchez, párroco por aquel entonces de la misma, tocó el martillo, y empezamos a andar al son de Nuestra Señora de Guadalupe, otra marcha espectacular... íbamos completamente enchufados en ese momento.

    Durante el recorrido, todo eran elogios y un disfrute tremendo, pero una vez llega a la calle Guadalajara, calle muy recordada por todos los que habían formado esta Agrupación en los años noventa cuando eran niños, ya fue cuando me pegó fuerte el momento. Empezó a sonar Pasan los Campanilleros, con lo que los costaleros y los capataces empezamos a revolucionarnos. Existe un vídeo de ese momento en Youtube que me lo habré podido ver mínimo dos o tres veces por semana desde que se publicó el mismo, así que ya os podéis imaginar cómo vivimos eso. La calle tenía caída el costero derecho, y lo cierto es que no lo noté... iba muy recto, es decir, que estaba todo el costero derecho conectado y sacando el pie para que no se fuese el paso. Estaba presenciando, probablemente, la mejor chicotá que he tenido en mi vida, y lo digo sin ninguna broma, lo digo de forma sincera.

    En ese momento, empezó a caer la petalá desde la azotea desde la casa de la hermana de Óscar, escuchándose aplausos y los capataces animándonos por el brutal espectáculo que estábamos dando en ese momento. Ese momento no tendría que haberse acabado nunca aquella tarde del 2 de abril de 2.022. De la mitad hacia adelante, cuando la marcha entraba en la parte elegante, en ese momento empecé a pensar "Ya está, lo hemos hecho. Lo hemos conseguido, algo más grande no voy a hacer en muchísimos años o nunca..." Ya me daba igual de todo con la emoción que me entró y me puse a disfrutar sin pensar en problemas ni errores como un costalero más devoto de María Santísima del Carmen.

    Llegando a Carlos I, una de mis últimas chicotás en ese relevo, empezó a sonar Mater Mea. Lo cierto es que no me lo esperaba para el tipo de estilo que llevamos, pero bueno, una gran marcha y bienvenida sea. Nunca la había oído debajo de un paso. Ya sabéis que, por mi altura, tengo bastante complicado sacar un paso de palio, así que tocaba disfrutarla como un niño chico. Ya pasando el cruce con Amancio Renes, le tocaba a mi relevo entrar, así que salimos al siguiente relevo. Por el camino, me encontré con mi madre en el callejón Cruz, por donde pasaría nuestro cortejo. Me sorprendió el gran número de personas que había en la calle esperando para ver la cofradía. Al ser algo nuevo entre comillas, y una agrupación, el lleno en esa calle era absoluto, nos costó pasar un montón desde el relevo. Ya más adelante, me encontré con varios y grandes amigos, como Pedro Carrasco, Fran Alba, José Sotillo o Alberto Jurado, entre otros que me dejo seguro en el tintero.

    En ese momento, Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, se encontraba en la calle Antonia Díaz. No recuerdo la marcha, pero también fue un momento espectacular, yendo los costaleros perfectos. Ese paso pequeño pero que iba muy bien conjuntado con el Señor, el olivo y esos candelabros dorados... Estábamos delante de algo que iba totalmente en serio y no parecía una Agrupación Parroquial, sino una Hermandad de Penitencia con todas las letras, aunque, lógicamente, nos queda mucho recorrido actualmente por delante. Otra más en la nómina de cofradías para la Semana Santa de Dos Hermanas...

    Volvimos a entrar un poco antes de Manuel de Falla debajo del paso, si no recuerdo mal, y, a la altura de la calle San Francisco, empieza a sonar Amarguras... Mi hermano estaba allí fuera porque me lo dijo, aunque yo no lo vi. La marcha perfecta por esa calle oscura para revirar hacia La Mina. Después de casi dos años de ese momento, algunos recuerdos ya los tengo un poco borrosos y no me acuerdo de todo, así que más o menos ya le queda poco a esta parte del artículo. Ya en la Plaza de Abastos, volvimos a salirnos hasta la entrada. Allí, llegando a la calle San Sebastián, me encontré con Jesús Rodríguez y con José Manuel Pedrera, grandes personas.Ya se oía de lejos entrar en las puertas de la Capilla de San Sebastián a Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, y nos tocaba entrar debajo del paso de María Santísima del Carmen a los sonos de Pasa la Virgen Macarena...

    Era el final de la Estación de Fe, y tocaba cerrar como Dios manda. Empezamos el revirado con la marcha, yendo muy despacio y al son de la marcha sin equivocarnos. Eran los últimos minutos y no queríamos recogernos, pero todo tiene que terminar, así que encaramos la puerta, nos volvimos y empezamos la entrada.Todos echando a tierra ambos costeros muy tranquilos, y sin ningún percance y sin ningún golpe, comenzando a sonar el Himno de España, anunciando que todo había sido consumado...

    Al terminar la cofradía, todo eran felicitaciones por parte del pueblo, de amigos y otros cofrades, siendo una cosa que sorprendió a todos en Dos Hermanas. El Whatsapp también estallaba con multitud de mensajes de felicitaciones, incluso de gente de fuera de la provincia, como mi amigo Javier Gamo "Playcapillita". Hay que ser realistas con una cosa, y tenemos que pensar que las expectativas, al ser una simple agrupación parroquial que se limitaba a sacar una Cruz de Mayo ocho o nueve años, no eran altas, incluso para mí en algunos aspectos, pero sin embargo ahí estábamos... algo totalmente serio y que ninguno se imaginaba, viendo el espectáculo que dimos ese día. Habíamos cumplido en más de lo previsto, siendo las puertas de una Hermandad de Penitencia. Esa misma noche, varios miembros del cuerpo de capataces de ambos pasos, y varios miembros de Junta, fuimos a cenar al bar de Los Varales, acabando con copitas, y bien avanzada la noche, nos fuimos cada uno para casa. Fue sin duda, un antes y un después para todos los que hemos estado alrededor de esto. Momentos llenos de emociones y alegrías que no se irán nunca...

    A la mañana siguiente después de haber terminado la cofraía, nos dedicamos a llevarnos los enseres y otro tipo de material de la Capilla de San Sebastián, ya que la misma tendría que ser preparada para los pasos de Veracruz de Dos Hermanas. Ya a la tarde, dejando allí los pasos, que serían llevados de vuelta al Ave María para ser desmontados el lunes posterior, hicimos el Solemne Traslado de los Titulares hacia la Parroquia del Ave María. Este año se hizo por las calles del Ave María y de Los Montecillos. Fue una tarde bastante tranquila y con recuerdo a que queríamos más. Ya cuando acabamos todo, quedé con mis amigos Antonio Triguero y José Molero, que venían de la Función Principal de Instituto de la Hermandad de Oración en el Huerto. La charla fueron anécdotas de ayer y hablando de la cofradía. Acababa con esto, uno de los fines de semana más épicos que recuerdo desde que tengo uso de razón.

    Llega el lunes y me disponía a marchar después del trabajo, esta vez, al traslado de los pasos del Santo Entierro, mi casa de toda la vida. Allí se encontraban el paso del Santo Cristo Yacente y el de Nuestra Señora de la Soledad, tan bonitos como siempre y tan bien dispuestos. Allí se encontraban Jaime Ruiz y Pablo Murillo, priostes del Santo Entierro, poniendo los últimos retoques, como los borlones de los varales, por ejemplo. También se encontraban otros miembros de Junta de Gobierno, como el propio Hermano Mayo, J. Antonio Sánchez, Guillermo López, mi hermano Manuel Ángel y Félix Jiménez, entre otros. Era un día lluvioso, así que tapamos los pasos con plásticos e hicimos el traslado lo más rápido posible, sin tener que lamentar nada por suerte.

    El resto de la semana fue más llevadero y liviano, estando entre Prendimiento desmontando algo y Santo Entierro echando una mano en algunas cosas. Esa semana me encontraba saliendo a las ocho de la tarde, y llegaba a Dos Hermanas más de las nueve de la noche, así que tenía poco tiempo entre ambas Hermandades para echar una mano desafortunadament, aunque uno de los días me cambié de turno con un compañero y pude asistir al Traslado del Santo Cristo Yacente al paso, un acto precioso que se hace el jueves previo al Viernes de Dolores. Justo después de eso, nos fuimos a casa del párroco a una cena para los hermanos, que estuvo muy animada. Os va a sonar a broma lo que os voy a contar, pero todos me preguntaban por lo mismo: el Prendimiento. Nadie daba crédito a lo que salió el sábado anterior por las calles de Dos Hermanas.

Semana Santa de 2.022

    Llega el Viernes de Dolores... ya empezaba la Semana Santa. Ya estaban las sillas puestas en carrera oficial de Sevilla. Esta vez no voy a hablar de las cofradías que vi esta Semana Santa, ya que sería demasiado largo este artículo, y tengo pensado hablar hasta el final del año 2.023. Lo de siempre: ver cofradías con mi hermano o con varios amigos, y disfrutando, que era lo más importante. Para mí, la verdad, se me hacía raro. Era como si ya se hubiese acabado la Semana Santa, quizás fuera que ya se me había pasado la emoción con el momento del Prendimiento... Pero demos un salto, vamos hacia el Miércoles Santo exactamente.

    Salida del Cristo de Burgos. Todo un clásico ese día por las calles de Sevilla... Me cogí el tren a las cuatro y pico de la tarde para ir a San Pedro, siendo citados los costaleros a las cinco y media de la tarde. Antes de la igualá, al llegar un rato antes, me fui al bar con varios costaleros como Fernando, Montiel, Javier, etc., costaleros desde hace muchísimos años en el Cristo de Burgos, formando una gran cuadrilla de amigos. Una vez llegada la hora, nos igualaron en la Casa Hermandad del Cristo de Burgos, donde el capataz, Antonio Santiago, dio una serie de indicaciones respecto al COVID-19 y todo aquello relacionado con los dos años anteriores sin poder sacar a los Titulares a la calle. En ese momento, ya había caído la obligatoriedad de llevar mascarilla, pero lo había recomendado. No acabó el discurso hasta que nos encomendaron, lógicamente, al Stmo. Cristo de Burgos y a Madre de Dios de la Palma. A mi cuadrilla le tocaría hacer la salida, así que allí que fuimos, hacia San Pedro...

    Una vez llegado allí, nos metimos debajo del paso y procedimos a la salida. Empezaban a oírse piezas, después de muchísimo tiempo, de capilla, como Saetas del Silencio, Al Cristo o A la Virgen. Al principio, a la altura de la plaza de la Encarnación, hubo algún parón que otro bastante largo, aunque más o menos supimos llevarlo bastante bien. Había mucha gente viendo la cofradía en la calle, eso sí, no se escuchaba a nadie hablar fuera, como debe ser. Esto realmente siempre ha sido la línea en cuanto a Hermandades de negro en Sevilla, lo cual estaría bien intentar traerlo fuera de la capital, pero bueno. No recuerdo tampoco ya muchos detalles de todo, pero en fin. Mi cuadrilla se salió antes de llegar a Campana, yéndonos al bar que hay en la zona de sindicatos, y esperando a hacer el relevo de Campana... Esto fue otra epicidad.

    Cuando nos metimos en el relevo de Campana, íbamos corriendo, ya que se había originado un retraso y teníamos que ir lo más rápido posible hacia la Catedral. Fue un gran esfuerzo, y la verdad... será que somos masoquistas, pero algunos íbamos disfrutando. Hicimos todo nuestro relevo, que era hasta Banco de España, en siete chicotás, sin apenas parar. Pudimos plantarnos perfectamente en la catedral, sin exagerar, en unos quince o veinte minutos que, pensándolo bien, creo yo, que fue muy poco tiempo. Javier Prieto, capataz del Santísimo Cristo de Burgos, nos daba las gracias al salir del relevo.

    Una vez saliendo ya de la Catedral de Sevilla hacia Alemanes, nos volvimos a meter debajo del paso, aunque antes nos tocaba ver ese precioso cortejo hasta la llegada del mismo por la calle. El Cristo de Burgos es una cofradía que se caracteriza por su elegancia y por las estampas de sus nazarenos e insignias. Es un cortejo precioso sin duda, y del estilo que más me gusta. En cuanto al relevo, las cuestas que se suben hasta llegar al relevo de Francos, son bastante duras, pero no nos rendíamos y seguíamos disfrutando, como debía de ser. La verdad es que se me hace todos los años el recorrido muy corto con esta cofradía a pesar de algunas calles como Alcaicería, aunque en 2.022 no me tocó ir por esa calle. Cabe destacar el recogimiento y silencio que hay al pasar por la calle Francos, donde solo se oía Saetas del Silencio por esa zona. Una vez llegados antes del cruce con la Cuesta del Rosario, nos salimos y nos dirigimos hasta la Plaza de la Alfalfa, donde nos aguardaba nuestro último relevo, donde se encontraba mi hermano.

    La estampa por la Alfalfa era digna de admirar, con todas esas personas viendo esa gran Estación de Penitencia que realiza esta Hermandad durante el Miércoles Santo, de la que me siento muy orgulloso formar parte como costalero. Ya se acercaba el paso y tocaba nuestro último relevo, con una gente maravillosa debajo, comandado por Javier Prieto. Justo al entrar en esos últimos callejones antes de terminar en la Plaza de San Pedro, comienza a sonar Sagrada Mortaja y Piedad, buena sonrisa la que esbocé en ese momento, pensando ya prácticamente en el Viernes Santo desde 2.018, ya que en 2.017 no procesionó lamentablemente por la lluvia. Al terminar el relevo, todo fueron abrazos y felicitaciones entre costaleros y capataces. Volvimos con más ganas que nunca después de la maldita pandemia y así se cumplió aquí nuevamente. Tocaba ver la recogida de ambos Titulares en la plaza, llegando Madre de Dios de la Palma con la marcha que tiene su mismo nombre y con Soleá dame la mano. El momento era una pasada... Deseando volver el año posterior. Una vez cumplida esta Estación de Penitencia, nos volvimos hacia Dos Hermanas mi hermano y yo.

    Al siguiente día, Jueves Santo, mi hermano se fue a Alcalá de Guadaira a ver la Amargura de allí, una gran cofradía que siempre se me ha pasado por la cabeza ir a sacarla, pero bueno, ese es otro tema y no nos concierne aquí. Esa tarde fuimos a los Santos Oficios a la Parroquia del Ave María, donde allí se encontraban Nuestros Sagrados Titulares del Prendimiento. Después de eso, me dispuse ir a ver la Sagrada Cena de Dos Hermanas, donde vería de capataz a mi amigo Fran Palomo a las órdenes de "Matute", jefe de capataces del misterio. Justo después de ver la cofradía, me dispuse a vestirme para la Madrugá en Sevilla, donde no podíamos perdernos mi hermano y yo, en las sillas de la Catedral de Sevilla, donde se encontrarían varios amigos míos de Dos Hermanas, el día más grande de la ciudad de Sevilla, sin duda alguna... De regreso, ya lógicamente Viernes Santo, mi hermano y yo fuimos a buscar al cortejo de Gran Poder, la devoción de mi madre desde siempre.

    Ya al mediodía, tocaba pensar en la calle Doña María Coronel, siendo, desde mi punto de vista, la más dura de las que saco. No es lo mismo salir de costalero y estar moviéndote que ir con un cirio parado y andando durante unas seis horas, es lógico. Me dispuse a coger la ropa de nazareno y nos cogimos el tren hacia Sevilla, donde me esperaba en la calle Francos en su casa José Manuel Crespo y su familia, grandes conocidos desde que era pequeño y hermanos del Santo Entierro y Oración en el Huerto de Dos Hermanas, para poder vestirme de nazareno. El recibimiento excepcional como siempre, grandes personas.

    Una vez terminado, me disponía a seguir mi ruta hacia la calle Bustos Tavera para llegar al Templo, donde fui de los primeros en llegar y me dio tiempo a llegar a los Santos Oficios que hacen en el Convento de la Paz. Tampoco había que contar mucho en este momento, como el reencuentro de varios conocidos de la Hermandad, como Javier, Manuel Sousa y muchos otros. También estaban allí los compañeros del trío de capilla, con los que me encontraría nuevamente al día siguiente en Dos Hermanas, junto al equipo de capataces de Antonio Santiago, y algunos costaleros, como Merino de Cantillana, entre otros.

    Se abrieron las puertas del Templo, y con ello, comienza la Estación de Penitencia. Como siempre, lleno hasta la bandera por las calles de la zona, encontrándome con varios conocidos y familiares viendo la cofradía, como mi primo Carlos Navarro, por ejemplo, y pasando por aquellas calles por donde se encuentra, por ejemplo, la Amargura, más adelante. Acercándonos hacia Carrera Oficial, ya se oía levemente Soledad de San Pablo, a lo lejos, donde en ese momento se encontraba otra gran Hermandad haciendo Estación de Penitencia, siendo Montserrat. Llegados ya a la zona del Duque, se divisaba a lo lejos el palio de Nuestra Señora de Montserrat, al son de la pieza con su mismo nombre, y Estrella Sublime si no recuerdo mal (ya ha pasado algún tiempo y no recuerdo todos los detalles...). En las sillas vi algún que otro conocido, como Daniel Vaquero, fotógrafo de Dos Hermanas, o Jesús Farratell, hermano y miembro actual de la Junta del Santo Entierro de Dos Hermanas.

    Llegados a la Avenida de la Constitución, se hizo patente allí un silencio sepulcral y bonito, de lo que tiene que haber cuando transcurre por las calles de una ciudad una cofradía de negro cuando realiza una Estación de Penitencia como Dios manda. Entrando por la puerta de la Catedral, se encontraba mi hermano con Miguel Vázquez Lombo, hermano del Santo Entierro y miembro del Arzobispado de Sevilla. Recuerdo que, cuando salimos de la Catedral, corrió una brisa de aire que, hasta llegar a Francos, íbamos pasando un frío bastante curioso.

    Entre Alemanes y Francos, encontré a varios amigos, como Pedro Carrasco, Fran Alba y Jesús Rodríguez, disfrutando de la cofradía, y como siempre, llena la calle hasta la bandera como comenté antes y todos en silencio, detalles que marcan diferencias en este tipo de cofradías. Más adelante, se veían algunos nazarenos de San Isidoro de vuelta a su casa, ya que se habría recogido pocos minutos antes que nosotros.

    Llegamos a la Plaza de San Pedro, plaza de tantas historias bonitas y recuerdos, sobretodo, de los Miércoles Santo que llevo teniendo desde el año 2.017, y ahí se encontraba mi hermano con mi padre, antes de entrar a Doña María Coronel, con esa calle a oscuras como si un cortejo de hace siglos se tratase, con un silencio tremendo. Cada detalle en ese momento era digno de admirar... Ya más adelante encarábamos la cuesta de la calle y nos metíamos en Bustos Tavera, para realizar la entrada. No cabía un alfiler, pero no se escuchaba absolutamente nada, y solo se veían las luces de las velas. Acababa así, cuando sonó Ave María de la Escolanía María Auxiliadora en el interior del Templo, otra gran Estación de Penitencia... Una vez fuera del Templo, me disponía a volver a Dos Hermanas con mi padre y con mi hermano.

    Bueno, pues llegaba la mañana de SÁBADO SANTO en Dos Hermanas, cerrándose así una maravillosa Semana Santa, probablemente, la mejor de mi vida. Empezaba desde por la mañana con su tradicional visita al Santo Cristo Yacente y a Nuestra Señora de la Soledad, presidiendo sus dos pasos cada uno nada más entrar en Santa María Magdalena de forma imponente. Allí se encontraban varios conocidos de otras Hermandades, y Óscar Romero, del Prendimiento, que se encontraba allí con el resto de miembros del Consejo de HH. y CC. de Dos Hermanas. Se encontraba por allí también Adrián Trashorras en representación de su partido político, un gran amigo de la carrera cuando estudiaba en la Facultad de Derecho. Todos allí daban los últimos retoques y la recepción de las ofrendas para los Sagrados Titulares.

    Una vez acabados, rezamos una última oración y nos fuimos cada uno para su casa a vestirnos para la cofradía del Santo Entierro de Dos Hermanas. En esa ocasión me tocaría como costalero del Santo Cristo Yacente, como llevaba haciendo ya desde 2.015. Después de comer, me fui hacia la Casa Hermandad para la igualá previa de costaleros que siempre se realiza, yendo en última, como se acostumbra casi todos los años que lo he estado sacando. Como se nos comunicó allí, la cuadrilla alta sería la que sacaría el paso en la salida, así que nos dirigimos unos quince minutos antes de la salida, y comenzaron los rezos y a sonar Nuestra Señora de la Soledad interpretado por el Trío de Capilla.

    La luz, al abrir las puertas, atravesaba la capilla y alumbraba todo el interior, hasta que salimos por la puerta y ya se veía la plaza de Los Jardines con todo su público en la Carrera Oficial. La estampa, después de haber pasado la pandemia, era una maravilla, llegando por calles céntricas como acostumbra esta Cofradía, aunque con el recorrido un poco inverso respecto a otros años, llegando con Saetas del Silencio a Santa María Magdalena y el palio revirando con Desamparo de Beigbedert, siendo estampas preciosas por Canónigo también.

    Ya me tocó salir del relevo pasando la Plaza de la Mina yendo hacia Romera. Todavía había mascarillas por la calle en ese momento como un duro recuerdo de donde veníamos. Recuerdo que uno de los incensarios se rompió y tuve que coger un trozo de alambre y cogerlo a un eslabón al incensario, pero sin problemas graves ni mucho menos. Ya en Antonia Díaz, si no recuerdo mal, volvimos a entrar en el relevo y empezó a sonar Via Crucis, una gran pieza también. Hicimos todo el trayecto de Calderón de la Barca, Francesa, Santa Cruz y llegamos a la Plaza de Menéndez y Pelayo, donde ya nos salimos hasta entrar en la Peña Bética mucho más adelante. En el descanso, me dio tiempo a ver parte del recorrido de la Soledad, pero no recuerdo las marchas, pero seguro que todas eran maravillosas. En la calle Rivas, en uno de esos momentos, allí se encontraban mis padres. Seguramente me encontré con más personas, pero no recuerdo ahora mismo de cabeza... Han pasado casi dos años de esa salida y los recuerdos se van perdiendo, como es lógico.

    Ya mucho más adelante, como comenté antes, entramos en el relevo de la Peña Bética, revirando hacia la calle Lope de Vega para llegar a Melliza, donde nos recibiría la Junta de Gobierno y varios hermanos de la Hermandad de la Borriquita de Dos Hermanas, entrañable Corporación cuanto menos. No recuerdo bien, pero creo que nos salimos antes o después de ese momento, pero recuerdo que hicimos nuestro último relevo al son de Sagrada Mortaja y Piedad, esbozando sonrisa y poniendo, por unos segundos, mi mente en Bustos Tavera.

    Como comenté antes, ese año 2.022 se cambió el recorrido y, en vez de subir directamente hacia la plaza de Los Jardines, fuimos hacia Canónigo para llegar al callejón San Luis, donde terminaríamos la Estación de Penitencia en la calle Real. Cuando nos salimos, vimos una impresionante estampa sin luces con mucha gente viendo el cortejo. Era muy escéptico respecto a este cambio de recorrido, pero cuando vi eso, mis dudas se disiparon. Supe que la Junta de Gobierno había acertado de forma correcta en el devenir del mismo sin ningún tipo de incidencia. Cuando pasaba el paso del Santo Cristo Yacente, varios costaleros y yo, nos metimos en el Templo, yendo detrás del mismo. Una vez en la capilla el paso del Señor, empieza a sonar de nuevo Nuestra Señora de la Soledad interpretada por el Trío de Capilla, donde empezó a pasar por mi cabeza toda la Semana Santa que había vivido embargado por la emoción, dando gracias por la misma.

    Una vez dentro, solo quedaba esperar a Nuestra Señora de la Soledad, donde ya se oía el palio llegar al son de Mors Domini de Ismael Jiménez dedicada a la misma, y entrando posteriorme, como no podía ser de otra forma, con Soleá, dame la mano, como siempre. La entrada, tan complicada como siempre, debido al dintel y a la zona del coro, siendo una parte donde hay que echarse varios metros a tierra, pero todo salió bien, como se acostumbra a ver en este paso. Había acabado todo, la mejor Semana Santa que recuerdo sin duda alguna, hasta ahora.

    Al día siguiente, sería Domingo de Resurrección, siendo Nuestro Señor Resucitado rendido en Función como todos los años. Era un día de alegría y convivencia, yendo posteriormente a almorzar a casa del párroco la Junta de Gobierno, varios hermanos y devotos allí, clausulando así una gran Semana Santa.

    Como el artículo se torna largo, y muchos de vosotros me estáis metiendo presión para que saque ya el árticulo, pues hasta aquí os dejo la primera parte, y entiendo que algunos no lo hayáis leído todo, pero espero que, al menos, os guste un poco algunas partes. Un saludo a todos, y os espero igualmente cuando tenga terminada la segunda parte.