martes, 14 de julio de 2015

Montserrat. Clasicismo del Viernes Santo



Tras varias semanas sin escribir en el blog, voy a dedicar en este artículo unas líneas a la Pontificia, Real, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón y Nuestra Señora de Monserrat de la Ciudad de Sevilla, que como sabemos procesiona en las tardes noches del Viernes Santo y que sirve de anticipo a una de las grandes maravillas de nuestra semana grande, que no es otra que la Sagrada Mortaja.

Como ya es costumbre en nuestras entradas sobre hermandades y cofradías, comenzaremos a hablar por encima de algunos aspectos históricos que resultan importantes a la hora de hablar de esta Corporación.

La devoción y culto a la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Montserrat en nuestra ciudad, tiene sus orígenes en la Sevilla de los siglos XV y XVI, gracias a los catalanes instalados en Sevilla para el comercio con América. Como suele ser habitual, con esta y otras muchas hermandades, se funda posiblemente como Hermandad de Gloria.

No adquirirá el rango de Hermandad de Penitencia hasta comienzos del siglo XVII, cuando fueron aprobadas sus primeras reglas por el canónigo Antonio Luciano de Negrón. En estas reglas ya se percibía la estación de penitencia a la Catedral el viernes santo, con un cortejo formado por cofrades de sangre y luz. La Hermandad penitencial se constituye en la iglesia de San Ildefonso, predominando los vecinos del ahora barrio de la Alfalfa, así como curtidores, boteros y odreros, trasladándose en el 1650 a la iglesia de San Pablo de los Padres Dominicos, seguramente por molestias que ocasionaban unos baños públicos cerca de su capilla, quedando gran parte de sus enseres afectados por la humedad. En febrero de 1611, esta hermandad quedará adscrita al Monasterio  de Nuestra Señora de Montserrat en Cataluña.

Dejando a un lado la parte histórica de esta hermandad que ha sufrido alguna que otra reorganización en el siglo XIX, pasaremos a hablar propiamente de la Cofradía, en concreto de sus titulares.  Como sabemos, esta Hermandad realiza su Estación de Penitencia a la Catedral las tardes del Viernes Santo con dos pasos. En el primero de ellos procesiona el Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, obra cumbre de Juan de Mesa de 1619, conocido como el Gran Poder crucificado por la semejanza de sus rostros. Se trata de una talla de gran altura, de unos ciento noventa centímetros. Destaca su composición, con los brazos paralelos a los de la cruz, con quiebro curvilíneo y sudario con pliegues acentuados. Representa el momento en que Cristo se dirige al Buen Ladrón con las palabras: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso".

Fuente: Costaleros Calvario Córdoba

Acompañan al Cristo de la Conversión, San Dimas (Buen Ladrón) y Gestas (el mal ladrón), ambas imágenes del imaginero Pedro Nieto, discípulo de Francisco de Ocampo, que las esculpió en el año 1628. Fueron recuperadas tras una complicada restauración en 1997. Completa este primer paso, de estilo neobarroco, dorado e iluminado por guardabrisas, Santa María Magdalena, imagen del siglo XVII y atribuída a Pedro Roldán o a su taller.



El paso de palio de Nuestra Señora de Montserrat responde al modelo de paso de palio típicamente sevillano, y responde en su conjunto al estilo barroco. Destaca de este singular paso, la crestería en metal plateado, elemento que conservan no muchas hermandades como por ejemplo el palio de Nuestra Señora de los Dolores de la Hermandad de las Penas de San Vicente, por citar alguna. El techo de palio es de terciopelo azul marino con bordados, al igual que su manto, estrenado en la Semana Santa de 1866. Los bordados reproducen el gran collar de la orden de Carlos III e incorporan también motivos vegetales así como la reproducción del Toisón de oro.

Fuente: Bordados Emilio Gómez

La imagen de Nuestra Señora de Montserrat se encuadra cronológicamente en la primera mitad del siglo XVII, en pleno apogeo de la escuela sevillana de escultura. Algunas fuentes creen que la actual imagen se corresponde a una transformación de la anterior, obra de Gaspar de la Cueva, ya que ésta no fue del gusto de la Hermandad y fue llevada a un discípulo de Montañés para que rehiciera la imagen y que según algunos investigadores no sería otro que Juan de Mesa.

Fuente: ABC de Sevilla

Fuente: ABC de Sevilla

Dejando a un lado a las imágenes y los pasos, nos centraremos ahora en el Cortejo, que lo abre como no podía ser de otra manera la Cruz de Guía acompañada por dos faroles. Se trata de una obra en metal plateado del taller de Isaura en 1851. En el Cortejo, también podemos observar a la Santa Mujer Verónica con un paño con el rostro de Cristo.

Respecto las túnicas, son blancas de cola con botonadura azul, ceñida al cuerpo con cinturón de esparto y antifaz azul con el escudo de la Corporación para el paso de Cristo y de color crema con cíngulo azul y oro y antifaz azul celeste para el palio.

Fuente: Semana Santa de Sevilla y Cantillana


Acompañan a los pasos la Banda de Cornetas y tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana en el Cristo de la Conversión y la Banda de Música del Maestro Tejera acompañando a Nuestra Señora de Montserrat, teniendo la Hermandad varias marchas dedicadas como "Crsto de la Conversión" "La Conversión" o "Virgen de Montserrat".




Los capataces son José Vargas Spínola para el paso del Cristo de la Conversión y Fernando Fernández Goncer para el palio de Nuestra Señora de Montserrat.

Poco más que decir en este breve artículo de esta clásica Hermandad del Viernes Santo sevillano. Muchas gracias a todos por las visitas y espero que os haya gustado. Un saludo a todos.


Fuente: Página Web de la Hermandad de Montserrat de Sevilla.

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