martes, 12 de enero de 2016

Igualá en Las Penas de San Vicente

Empezamos fuerte el año, traigo un poco tarde esta entrada, teniendo un par más todavía pendientes. El pasado sábado 9 de enero, ya estábamos con la primera igualá de costaleros de la Semana Santa de 2.016. En este caso, Las Penas de San Vicente. 



Nos citaron allí a todos a las 4 de la tarde en la Parroquia de San Vicente, gran maravilla de la que ya hemos hablado hace tiempo en El Blog del Esparto. Como siempre, una afluencia tremenda entre costaleros y aspirantes de esta Hermandad. Muchas caras conocidas de otras igualás y ensayos de otras Hermandades, entre ellas, el Santo Entierro de Dos Hermanas, se veían por los aledaños de San Vicente. Llegaron Javier Prieto, Antonio Santiago hijo y varios auxiliares más a la Hermandad. Antonio Santiago llegó el último, si no recuerdo mal, siendo recibido por d. Marcelino Manzano, párroco de San Vicente y Director Espiritual de la Hermandad, el Hermano Mayor y el resto de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Las Penas de San Vicente. Todos los costaleros y aspirantes fueron llevados a la Capilla para oír al Hermano Mayor, d. Marcelino Manzano y Antonio Santiago.



Después de una breve charla, procedíamos a la igualá. De momento, en la Capilla no se cabía. Podría haber perfectamente unos doscientos aspirantes o más a costalero. Nuevamente, nos recolocaron a todos los nuevos, pero era imposible, ya que desde el más bajo hasta el más alto en fila ocupábamos el pasillo central por completo y el derecho casi entero también. Fue una igualá donde entró bastante gente: dieciocho personas, siendo seis en la alta de Cristo, cuatro en la baja, en la alta del palio cuatro, y en la baja otros cuatro más. Creo recordar que era así. Para ser una Hermandad como Las Penas de San Vicente, y siendo el capataz que es, hay que reconocer que eran demasiadas bajas comparadas con otras igualás y ensayos a las que he ido, donde lo normal es que hubiera de uno a cinco huecos al año.



La gente se estaba oliendo que había bastantes bajas y se notaba el nerviosismo en la mayoría de ellos, y yo no era para menos, pues se estaba buscando a uno para las primeras trabajaderas de la alta del Cristo, y se estaban fijando en los de mi altura, incluido yo. Sin duda alguna, creo que ha sido la vez que más cerca he estado de entrar en una Hermandad de todas las que he ido. La verdad que al final, después de todo, me había hecho bastantes ilusiones, pues pensaba que ya me tocaría llevar una de las Hermandades que más me gustan y que no dejo de visitar siempre que estoy cerca de la Parroquia de San Vicente. La igualá duró de 4 a 8 de la tarde, una auténtica barbaridad, aunque con ese número de huecos, era justificable. En el Santo Entierro de Dos Hermanas, han llegado a durar más o menos lo mismo en estos dos primeros años.





Puede que este año no, pero algún día, sacaré al Stmo. Cristo de las Tres Caídas. Todo consiste en ser constante. Punto. No tiene más historia. Algunas veces será más complicado, y otras más fácil, pero nunca hay que rendirse. El sábado 16 de enero, a las 4 de la tarde también, me espera la Hermandad del Cristo de Burgos. Esperemos tener un poco de más suerte aunque lo dudo. Pero tarde o temprano...



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